
Una tendencia preocupante está generando alarmas en la comunidad médica, lo que está fomentando el reconocimiento de un riesgo de salud significativo para los jóvenes: los derrames cerebrales.
Aunque el número de derrames cerebrales en personas de entre 18 y 45 años ha aumentado a un ritmo más rápido a nivel nacional que cualquier otro grupo de edad en las últimas décadas, el número de adultos jóvenes que sufren derrames cerebrales en el norte de Colorado casi se ha duplicado en los últimos años.
En 2020, aproximadamente el 5% de las personas que se presentaron con un derrame cerebral en el UCHealth Poudre Valley Hospital en Fort Collins tenían entre 18 y 45 años, pero para julio de 2023, esa cifra llegó al 9%. Todos los hospitales de la región norte de UCHealth, el Medical Center of the Rockies, Longs Peak Hospital y Greeley Hospital, han registrado aumentos similares en los últimos años.
“Es una tendencia aterradora”, dijo Amanda Werner, gerente del programa de derrames cerebrales de UCHealth en el norte de Colorado.
Esto plantea la pregunta: ¿Qué está causando que más jóvenes sufran de derrames cerebrales, la causa principal de discapacidades a largo plazo en los Estados Unidos?
Werner y sus colegas, incluida la coordinadora del programa de derrames cerebrales Melinda Tafoya, no han identificado una causa exacta para el aumento de casos en el norte de Colorado. Sin embargo, en muchos casos, un estilo de vida poco saludable, como una mala alimentación, ejercicio limitado, fumar y el consumo excesivo de alcohol, son factores que conducen a un derrame cerebral.
“Antes veíamos que los derrames cerebrales en personas jóvenes ocurrían principalmente en aquellos con predisposición genética, como tener un trastorno de coagulación sanguínea, pero ahora estamos viendo lo rápido que las malas decisiones de estilo de vida pueden afectar al cuerpo y aumentar el riesgo de derrames cerebrales en adultos jóvenes”, dijo Tafoya.
Derrames cerebrales en personas jóvenes
Los expertos han sabido durante mucho tiempo que la dieta y el estilo de vida contribuyen significativamente a la salud cardiovascular. Fumar, el consumo excesivo de alcohol, la obesidad, la hipertensión (presión arterial alta) y el colesterol alto, son factores de riesgo para los derrames cerebrales y otras enfermedades cardiovasculares.
Estas decisiones de estilo de vida y condiciones pueden debilitar o dañar las arterias, lo que provoca la formación de coágulos. Un derrame cerebral ocurre si un coágulo bloquea o rompe los vasos sanguíneos que transportan oxígeno y nutrientes al cerebro.
Los derrames cerebrales isquémicos, causados por un vaso bloqueado, representan alrededor del 87% de todos los derrames cerebrales y el 60% en personas menores de 50 años en los Estados Unidos.
Aunque la mayoría de los derrames cerebrales isquémicos o hemorrágicos ocurren en personas mayores de 55 años, el aumento de los casos en personas más jóvenes ha llevado a los profesionales médicos a advertir que los derrames cerebrales no son sólo una preocupación para los adultos mayores.
“Definitivamente hemos visto un aumento en las malas decisiones de estilo de vida en personas más jóvenes, como comer de forma poco saludable, hacer menos ejercicio y actividad, y tener sobrepeso”, dijo Tafoya. “Actividades como consumir alcohol, drogas y fumar también pueden aumentar el riesgo de sufrir un derrame cerebral y estas actividades a menudo comienzan a edades más tempranas”.
Según la información más reciente de los Centers for Disease Control and Prevention (Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés)), aproximadamente el 23% de las personas de entre 18 y 39 años padecen hipertensión, lo que duplica el riesgo de sufrir un derrame cerebral. Las investigaciones también muestran que en un salón de 30 jóvenes, de entre 12 y 19 años, una persona tendría presión arterial alta. Al mismo tiempo, tres tendrían presión arterial elevada (prehipertensión). De acuerdo a CDC, los jóvenes con hipertensión y prehipertensión tienen muchas más probabilidades de que estos problemas continúen en la edad adulta.
Werner dijo que la tendencia negativa en la salud de los jóvenes ha resultado en un cambio educativo en las evaluaciones de derrames cerebrales dentro de la comunidad médica durante la última década.
“Antes, si tenías 24 años y llegabas a la sala de urgencias pensando que estabas teniendo un derrame cerebral, lo más probable es que no lo consideraran como una opción”, dijo. “En general, los profesionales han cambiado su práctica y ya no descartan los derrames cerebrales en personas jóvenes. Los proveedores, los equipos prehospitalarios y las enfermeras ahora hacen un trabajo increíble al detectar los síntomas de un derrame cerebral y actúan rápidamente cuando los ven en un paciente”.
En los últimos años, COVID-19 se ha agregado a la lista de factores de riesgo de derrames cerebrales en la región, dijo Werner.
Desde la pandemia, los médicos han visto más pacientes con “sangre pegajosa”, donde la sangre se espesa, lo que provoca coágulos sanguíneos anormales. Los expertos creen que esto ocurre debido a la inflamación en el cuerpo cuando es atacado por el virus de COVID-19.
“No todas las personas que contraen COVID tienen coágulos, pero la evidencia muestra un aumento inicial (en la probabilidad de un coágulo)”, dijo el Dr. Jacob Chacko, cardiólogo en UCHealth Heart and Vascular Clinic (Clínica Cardiovascular) en el norte de Colorado.
De acuerdo con American Heart Association (la Asociación Americana del Corazón), COVID-19 está relacionada con un aumento drástico en el riesgo de problemas relacionados con coágulos sanguíneos, como infartos y derrames cerebrales, hasta un año después de un diagnóstico de COVID-19 en comparación con las personas que nunca han tenido el virus.
Werner enfatizó que la evidencia sugiere que el coronavirus causa sangre pegajosa, pero no hay evidencia que sugiera que las vacunas contra el COVID-19 contribuyan a este problema o aumenten el riesgo de sufrir un derrame cerebral.
Consejos para reducir el consumo de alcohol:
- Lleve un registro de su consumo de alcohol y determine cómo y cuándo podría reducirlo.
- Tenga de 2 a 3 días consecutivos sin alcohol cada semana.
- Reemplace las bebidas alcohólicas por alternativas con bajo contenido de alcohol o sin alcohol.
- Elija porciones más pequeñas. En lugar de un vaso grande de vino, opte por una copa pequeña, y en lugar de una cerveza grande, elija una botella pequeña o mediana.
- Si usa el alcohol para relajarse, busque otros métodos más saludables, como el ejercicio, que es una forma mucho más sana de manejar el estrés.
Es posible que se encuentre en situaciones donde sabe que probablemente consumirá más alcohol de lo recomendado. Aunque los riesgos para la salud de hacerlo regularmente son claros, para ocasiones excepcionales, puede reducir los riesgos a corto plazo para su salud mediante:
- Establecer y respetar un límite en la cantidad total de alcohol que se consume en cada ocasión.
- Beber más despacio.
- Beber con comida.
- Alternar bebidas alcohólicas con agua.
Factores de riesgo para un derrame cerebral: ¿Por qué las personas sufren un derrame cerebral?
- Hipertensión: La presión arterial alta aumenta la carga de trabajo del corazón y daña las arterias y los órganos con el tiempo.
- Obesidad: Uno de los factores de riesgo más importantes para desarrollar enfermedades cardiovasculares, incluido el derrame cerebral.
- Fumar cigarrillos: Fumar aumenta la presión arterial y reduce el oxígeno en la sangre.
- Consumo excesivo de alcohol: Puede causar hipertensión, fibrilación auricular, diabetes, sobrepeso y enfermedades hepáticas, todos los cuales aumentan el riesgo de derrames cerebrales.
- Colesterol alto: Provoca la acumulación de placa en las arterias.
- Género: Los accidentes cerebrovasculares son más comunes en las mujeres que en los hombres, y las mujeres de todas las edades tienen más probabilidades que los hombres de morir por un derrame cerebral. El embarazo y las píldoras anticonceptivas presentan riesgos únicos de derrames cerebrales para las mujeres.
- Etnicidad: Las personas adultas hispanas tienen mayor riesgo de sufrir un derrame cerebral debido a factores no controlados como el acceso limitado a cuidados de la salud, barreras culturales y factores socioeconómicos, de acuerdo con la American Stroke Association (Asociación Estadounidense de Accidentes Cerebrovasculares).
Aumentando la conciencia para la prevención de derrames cerebrales y el reconocimiento de sus síntomas
El equipo de accidentes cerebrovasculares en el norte de Colorado continúa educando a los miembros de la comunidad, tanto jóvenes como personas mayores, sobre los riesgos de los derrames cerebrales.
‘‘Realizamos una gran cantidad de actividades educativas en eventos comunitarios, incluyendo visitas a escuelas para enseñar sobre la prevención e identificación de derrames cerebrales”, dijo Tafoya.
Reconocer los signos de un accidente cerebrovascular es tan importante como la prevención, ya que un derrame cerebral no tratado puede causar daños rápidos en el tejido cerebral, dijo Werner.
“El accidente cerebrovascular es la principal causa de discapacidad”, dijo Tafoya. “Los derrames cerebrales pueden causar secuelas mínimas o severas que requieren terapias a largo plazo e incluso atención de enfermería especializada las 24 horas”.
El tratamiento rápido es fundamental porque los médicos no pueden saber cómo afectará un derrame cerebral a una persona en particular.
“Para algunas personas, si los vasos sanguíneos están saludables, puedes aguantar un tiempo con la circulación colateral”, dijo Werner.
La circulación colateral significa que la sangre viaja por una ruta alterna, evitando el vaso bloqueado más grande, por lo que el cerebro aún recibe algunos de los nutrientes que necesita para sobrevivir. Esto ayuda a reducir el daño cerebral causado por la falta de sangre y oxígeno.
“Pero no sabemos si los vasos sanguíneos de una persona harán eso”, dijo Werner. “Entonces, para algunos, podrían ser varias horas, pero para otros, el tejido cerebral muere en segundos”.
Tratar un derrame cerebral lo más rápido posible aumenta las probabilidades de preservar el tejido cerebral y, a su vez, disminuye las posibilidades de que el paciente sufra secuelas a largo plazo.
“Si le preocupa que sea un derrame cerebral, llame al 911”, dijo Werner. “Si llega en ambulancia, podría reducir minutos valiosos del tiempo que toma recibir tratamiento. Se pierden 1.9 millones de células cerebrales por cada minuto que el tejido cerebral no recibe flujo sanguíneo, así que cada minuto cuenta”.
Para ayudarle a recordar cómo identificar un derrame cerebral, use la frase F.A.S.T. por sus siglas en inglés:
F (Face): Cara: Sonrisa caída o desigual.
A (Arm): Brazo: Debilidad en el brazo.
S (Speak): Habla: Dificultad para hablar, habla arrastrada o incomprensible.
T (Time): Tiempo para llamar al 911 si observa alguno de estos síntomas.
El mensaje de Werner para los jóvenes es claro. “Lo que es bueno para el corazón, es bueno para el cerebro”, dijo. Esto significa que hacer ejercicio regularmente y comer saludablemente, todas las cosas que sabemos que ayudan a prevenir infartos y otras enfermedades del corazón a medida que envejecemos, también son buenas para el cerebro y pueden reducir el riesgo de derrame cerebral.