Un raro ataque en la espina dorsal la paralizó a los 19 años. Luego se puso de pie, bailó y caminó de nuevo.

May 24, 2022
Marleni Ochoa sufrió un raro ataque a la espina dorsal a los 19 años. Pero con su familia a su lado durante la recuperación, se puso de pie, bailó y caminó nuevamente. Foto de UCHealth.
Marleni Ochoa sufrió un raro ataque a la espina dorsal a los 19 años. Pero con su familia a su lado durante la recuperación, se puso de pie, bailó y caminó nuevamente. Foto de UCHealth.

Por Katie Kerwin McCrimmon y Mario Flores

La joven de 19 años paralizada ni siquiera podía alcanzar su teléfono.

Tampoco podía ponerse de pie, ir al baño sola, peinarse, vestirse ni usar los tacones altos que tanto le gustaban.

Un raro ataque a la espina dorsal dejó a Marleni Ochoa paralizada, hospitalizada y sin esperanza alguna.

Los médicos advirtieron a Marleni, a sus tres hermanas y a su madre que tal vez nunca volvería a caminar.

“Cuando escuchamos eso nos derrumbamos”, dijo Iliana, la madre de Marleni.

Pero los médicos pronto descubrieron que las mujeres de esta familia unida son resilientes y Marleni y su madre estaban decididas a luchar.

Marleni tuvo que pasar casi un mes en el Hospital de la Universidad de Colorado de UCHealth, primero atendida por médicos de urgencias, luego por neurólogos y luego por un equipo de expertos en rehabilitación.

Cuando Marleni pudo irse a casa, todavía necesitaba una silla de ruedas automática y una cama de hospital. Pero en cuestión de semanas, desafiando todas las expectativas, Marleni se puso de pie y comenzó a caminar de nuevo.

“Estoy impresionado”, dijo el Dr. William Niehaus, especialista en medicina física y rehabilitación, que atendió a Marleni. “He tenido otros pacientes con lesiones similares de la médula espinal posterior, algunos todavía están en sillas de ruedas. La recuperación de Marleni no es algo completamente insólito, pero es poco común. Estoy increíblemente agradecido y asombrado de que su sensación y su fuerza hayan regresado”.

Después de un raro ataque a la espina dorsal: ‘Todos rezamos. Le pedí a Dios que la sanara’

En agosto de 2018, Marleni se despertó temprano una mañana y llamó a su mamá. Le dolía la espalda. Sus familiares se preguntaron al principio si Marleni había dormido en una mala postura y tenía tortícolis. Pero, al poco tiempo, se sentía fatal, no podía caminar y tuvo que ir al hospital.

Los síntomas se fueron haciendo más extraños.

“No podía sentir los brazos ni las piernas”, dijo Iliana.

Marleni también estaba teniendo espasmos. Sentía el estómago raro. Estaba segura de que tenía que usar el baño, pero no salía nada. Después de eso, no podía recordar nada más.

“Me desmayé”, dijo Marleni.

Al principio, los médicos de urgencias no sabían qué hacer con sus síntomas. Dado que Marleni tenía solo 19 años en ese momento, el equipo inicialmente no sospechó ningún tipo de derrame cerebral, y mucho menos un ataque a la espina dorsal tan raro. Pero una vez que los neurólogos examinaron a Marleni, se dieron cuenta de que la sangre había dejado de fluir a una parte de la columna vertebral, causando la parálisis.

La mayoría de la gente ha oído de  accidentes cerebrovasculares que tienen lugar en el cerebro. Pero el accidente vascular de Marleni ocurrió en la parte alta de la columna vertebral, cerca de la base del cuello.

Si bien los médicos nunca lo sabrán con certeza, Niehaus sospecha que Marleni nació con lo que se conoce como una malformación arteriovenosa, lo que significa que algunos de sus vasos sanguíneos se formaron incorrectamente y se enredaron. En un giro desafortunado, puso el cuello en una posición que cortó la sangre en el área de los vasos sanguíneos previamente dañados, dijo Niehaus, que también es profesor asistente de Medicina Física y Rehabilitación en la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado en el Campus Médico de Anschutz.

Desde el momento en que Marleni ingresó al hospital, su mamá y hermanas, así como los  hijos de estas, se convirtieron en su apoyo incondicional.

“Toda la familia estaba junta. Fue duro, pero la familia es lo más importante para nosotros. Todos rezamos. Le pedí a Dios que la sanara”, dijo Iliana.

Huérfana a los 4 años en Guatemala, la madre de Marleni desarrolló sus habilidades de supervivencia cuando era niña

Para ayudar a su hija a sobrevivir el ataque de espina dorsal y sus secuelas, Iliana se basó en las habilidades de supervivencia que había aprendido de niña.

“Sabía que tenía que ser fuerte por ella. Ella no me vio llorar en el hospital. Cuando llegaba a casa, lloraba, pero estaba decidida a que ella no viera ninguna de mis lágrimas”.

Nacida en Guatemala y huérfana cuando solo tenía 4 años, Iliana tuvo que mudarse con una hermana mayor después de la muerte de sus padres. Vendía dulces en las calles para ayudar a la familia a sobrevivir. Luego, con tan solo 13 años, su hermana la envió a un viaje duro y traumático a los EE. UU. Iliana terminó en un centro de detención de inmigrantes de California donde permaneció por siete meses.

Finalmente fue liberada, se fue a trabajar a los EE. UU. y tuvo cuatro hijas, incluida Marleni, que es la más joven. La familia se mudó a Denver cuando Marleni tenía 2 años. La vida de la pequeña fue mucho más fácil que la de su madre, hasta que sufrió su ataque a la espina dorsal.

Fue entonces cuando todas las mujeres de la familia se dieron cuenta de que Iliana había transmitido el gen de la resistencia.

Un pronóstico sombrío, pero la actitud de ‘jamás darse por vencida’ logra superar las adversas probabilidades

Los médicos se vieron obligados a presentar un cuadro realista a Marleni y su familia.

“Mi función es planificar para lo peor y esperar que ocurra lo mejor”, dijo Niehaus.

Era muy posible que Marleni nunca volviera a caminar.

Pero, Niehaus se quedó atónito al ver cómo la joven seguía desafiando todas las expectativas.

El Dr. Bill Niehaus ayudó a Marleni Ochoa a recuperarse después de sufrir un raro ataque a la espina dorsal. Foto de UCHealth.
El Dr. Bill Niehaus ayudó a Marleni Ochoa a recuperarse después de sufrir un raro ataque a la espina dorsal. Foto de UCHealth.

“Tuvo un progreso enorme, enorme. Es súper luchadora y su familia es increíble”, dijo Niehaus.

La razón por la que el accidente vascular fue tan dañino, es que afectó la parte de la columna vertebral de Marleni que transmite información del cuerpo al cerebro sobre dónde se encuentran las extremidades en el espacio.

Para poder mover el cuerpo, los brazos y las piernas deben trabajar físicamente. Pero hay más: nuestros cerebros también deben poder enviar mensajes a través de los nervios que viajan a lo largo de la columna vertebral.

Niehaus da un ejemplo de cómo funciona este sistema: “Cierre los ojos y levante un brazo por encima de la cabeza. Si su cuerpo funciona correctamente, aunque no pueda ver su brazo con los ojos cerrados, puede sentir que está sobre su cabeza”.

El derrame cerebral de Marleni apagó el sistema que envía la información sobre dónde se encuentran sus extremidades en el espacio. Incluso si pudiera levantar el brazo por encima de la cabeza, no tenía forma de “sentir” que su brazo estaba por encima de la cabeza, ya que el accidente vascular había dañado los nervios que llevan esos mensajes al cerebro.

“Resulta que saber dónde está tu cuerpo en el espacio es realmente importante”, dijo Niehaus. “Para poder caminar, no solo necesitas fuerza. También necesitas poder cambiar tu posición en el espacio.

“Cuando Marleni llegó a la unidad de rehabilitación, tenía los brazos y las piernas débiles. El lado izquierdo estaba especialmente débil”, dijo Niehaus. “Apenas podía moverse y el problema más grande era que no podía planear cómo moverse porque no sabía dónde estaba su cuerpo en el espacio”.

Si bien el pronóstico inicial era terrible, Marleni y su familia se negaron a aceptar que la parálisis iba a ser su nueva normalidad.

“Ella trabajó duro”, dijo Niehaus. “Es súper tenaz. Le encantaba trabajar con terapeutas y realmente salió adelante”.

‘No te acostumbres demasiado a esa silla de ruedas’

Después de semanas de arduo trabajo en el hospital, Marleni pudo irse a casa con su mamá el 14 de septiembre, casi 4 semanas después del accidente vascular. En la casa de su madre en Denver, Marleni tenía que moverse en una silla de ruedas eléctrica y tenía que dormir en una cama de hospital completamente motorizada. Cuando quería ver su teléfono o necesitaba usar el baño, tenía que pedir ayuda a su mamá o sus hermanas.

Fue entonces cuando la fortaleza realmente entró en acción.

Iliana sabía que para que Marleni mejorara, tenía que obligar a su hija a levantarse y empezar a cuidarse.

“Le enseñé a no depender de mí”, dijo Iliana. “A veces soy un poco dura con mis hijas. Lo hago por su propio bien”.

Iliana advirtió a Marleni que no “se acostumbrara demasiado a la silla de ruedas”.

La familia cocinaba para Marleni y le servía la comida. Al principio, tuvieron que insertarle un catéter para que pudiera ir al baño.

Pero poco a poco, Marleni fue asumiendo más tareas por sí misma.

Marleni Ochoa tuvo que aprender a caminar nuevamente después de un raro derrame cerebral. Foto: UCHealth.
Marleni Ochoa tuvo que aprender a caminar nuevamente después de un raro derrame cerebral. Foto: UCHealth

Aproximadamente una semana después de llegar a casa, pudo ir al baño por primera vez sin ayuda. Luego, Marleni comenzó a usar un andador y a arrastrarse por el apartamento en lugar de depender únicamente de la silla de ruedas. Poco a poco, Marleni empezó a ayudar con la lavandería y la cocina.

El 25 de septiembre, el vigésimo cumpleaños de Marleni, algo importante sucedió.

La familia se reunió para celebrar en la casa de una hermana.

Marleni llegó en su silla de ruedas, pero los miembros de la familia pronto la animaron a intentar levantarse. La sostuvieron de pie y, mientras sonaba una música festiva, también le dijeron que debería intentar bailar. Sostenida por los brazos de sus seres queridos, Marleni se movía lo mejor que podía al ritmo de la música.

“Ese fue un buen día”, dijo Marleni. “Empecé a ver que las cosas podían mejorar mucho. ¡Me sentí tan feliz!”

Inspirada por su madre, Marleni encontró una nueva motivación.

“Mi mamá es una mujer fuerte. Superó muchos obstáculos. Quería levantarme y ser fuerte por ella y por todos. Les dije: ‘Voy a caminar de nuevo. Voy a ser la que era’”.

Dos días después de su fiesta de cumpleaños, Marleni comenzó a caminar sola.

“No puedo parar”, se dijo a sí misma. “Necesito esforzarme más”.

Y así lo hizo.

Además de trabajar sin descanso en casa, Marleni también se reunía con frecuencia con terapeutas físicos y ocupacionales ambulatorios y tenía citas de seguimiento con Niehaus, a quien llama uno de sus “ángeles”.

Mejoró tan rápido que pronto pudo regalar su cama de hospital.

“Me estaba moviendo por mi cuenta. Podía levantarme un poco y sentarme”.

Dejando atrás el ataque de espina dorsal: “Realmente quería ser independiente”

A medida que la capacidad para caminar de Marleni mejoró, comenzó a llevar la cuenta de sus pasos.

Una vez que le dijeron que tendría suerte de dar solo 80 pasos, Marleni rompió esa barrera.

En ocasiones llegaba a los 10.000 pasos en un solo día, un gran logro para cualquiera, y mucho más para una joven que acababa de sufrir un ataque a la espina dorsal.

Logró una gran satisfacción con el alcance de cada nueva meta.

“Son las pequeñas cosas, las que damos por sentadas. Realmente quería ser independiente. Quería poder moverme y hacer lo mío”, dijo.

“Me siento orgullosa y estoy muy feliz por todo lo que he hecho. He recorrido un largo camino. Estoy bastante segura de que si una persona cualquiera me viera, no tendría idea de todas las batallas que he luchado”, dijo Marleni.

Todavía no ha vuelto a conducir. Hasta hace poco, no podía sentir el pie sobre el acelerador o el freno. Ahora lo siente, así que hay esperanza de que pronto vuelva a estar detrás del volante. A veces todavía le hormiguean las manos y los pies. No ha podido usar los tacones altos que le encantaban. Y hasta ahora no ha podido trabajar.

A veces se pone a pensar y se pregunta: “¿Por qué yo?”

“No le deseo esto a nadie. Pero soy una persona muy fuerte y tengo que pensar que este es el plan de Dios”.

Iliana promueve la idea de que la fe los guiará.

“Lo hicimos. El amor y el apoyo de la familia nos ha ayudado”, dice Iliana. “Con Dios todo es posible. Siempre está pendiente de nosotros”.

Niehaus también velará por la familia. Y está bastante seguro de que estas poderosas mujeres pueden atribuirse el sorprendente éxito de Marleni.

“No hay ninguna duda: son personas maravillosas e increíbles. Todas son resilientes”, dijo.

Niehaus, espera grandes cosas de Marleni en el futuro.

“Ella está logrando todas sus metas. Saldrá adelante”.

Nota del editor: Mario Flores es intérprete médico de español. Colaboró con las entrevistas en español.

About the author

Kati Blocker has always been driven to learn and explore the world around her. And every day, as a writer for UCHealth, Kati meets inspiring people, learns about life-saving technology, and gets to know the amazing people who are saving lives each day. Even better, she gets to share their stories with the world.

As a journalism major at the University of Wyoming, Kati wrote for her college newspaper. She also studied abroad in Swansea, Wales, while simultaneously writing for a Colorado metaphysical newspaper.

After college, Kati was a reporter for the Montrose Daily Press and the Telluride Watch, covering education and health care in rural Colorado, as well as city news and business.

When she's not writing, Kati is creating her own stories with her husband Joel and their two young children.