
El conocido dicho “escuche su instinto” es más que simplemente prestar atención a su intuición, se basa sobretodo, en tener una forma inteligente y sensata de mantener su cuerpo y mente funcionando en óptimas condiciones.
Cada vez hay más investigaciones que demuestran una correlación directa entre la salud intestinal y diversas dolencias físicas, además de estar estrechamente vinculada al bienestar emocional y psicológico.
“Se habla del intestino como el segundo cerebro”, afirmó Cara Marrs, nutricionista y dietista registrada en el UCHealth Yampa Valley Medical Center. “Cuando nuestro sistema gastrointestinal funciona como debería, ayuda a crear un mejor equilibrio que afecta a todo nuestro cuerpo”.
Hablamos con Marrs sobre la importancia de prestar atención a lo que usted come y bebe para crear un entorno más armonioso para que las bacterias beneficiosas y otros tipos de microorganismos en su intestino tengan bienestar.
¿Qué comprende el intestino y qué órganos incluye?
Los órganos del intestino comprenden la boca, el esófago, el estómago, el intestino delgado y grueso, y el ano. El hígado, la vesícula biliar y el páncreas ayudan al intestino a digerir los alimentos.
¿A qué nos referimos cuando hablamos de salud intestinal?
La salud intestinal generalmente se refiere a la salud de nuestro microbioma intestinal, así como a la salud y el funcionamiento de los órganos, tejidos y membranas que conforman nuestro sistema gastrointestinal. Nuestro microbioma intestinal está compuesto por billones de microbios, tanto beneficiosos como potencialmente dañinos. Esto incluye bacterias, hongos y virus que viven naturalmente en nuestro cuerpo.
Lo que buscamos es un intestino donde los microbios trabajen en armonía. Nuestras bacterias intestinales se comunican con otras células de nuestro tracto intestinal para ayudar a digerir los alimentos y evitar la proliferación excesiva de bacterias potencialmente dañinas, explicó.
“Sus bacterias intestinales se ven influenciadas por lo que come. Es importante proporcionarles el combustible adecuado para que las bacterias beneficiosas que queremos en nuestro intestino puedan colonizar y multiplicarse. Las fuentes de alimento preferidas para estas bacterias son los alimentos integrales frescos, principalmente de origen vegetal como frutas, verduras, legumbres, frijoles, frutos secos, semillas y cereales integrales”.
¿Por qué es tan importante la salud intestional?
El intestino y sus órganos descomponen todos los alimentos que consumimos y ayudan a absorber los nutrientes vitales que nuestro cuerpo necesita para funcionar. Tenemos billones de microbios intestinales en el estómago y los intestinos que supervisan la digestión, fortalecen nuestro sistema inmunitario, ayudan a regular el peso y a estabilizar el azúcar en sangre.
¿Por qué recientemente se ven más noticias sobre la salud del intestino?
Apenas hemos empezado a comprender cómo funciona nuestro microbioma intestinal y hay investigaciones interesantes que muestran cómo afecta a casi todas las partes del cuerpo, mucho más allá de la digestión.
¿De qué manera un intestino sano se traduce en un mejor estado de salud?
Existe una delicada interacción entre las bacterias beneficiosas y los patógenos potencialmente dañinos en nuestro intestino, afirmó Marrs. Por ejemplo, el intestino alberga el 70 % de nuestro tejido inmunitario, lo cual está directamente relacionado con la eficacia de nuestro cuerpo para combatir infecciones y ciertas enfermedades. En este sentido, el intestino es fundamental para nuestra inmunidad.
“Las bacterias beneficiosas básicamente compiten por espacio con los microbios dañinos, manteniéndolas bajo control”, explicó.
Se están desarrollando investigaciones sobre la relación entre la salud intestinal y el cáncer, las enfermedades cardíacas, el Alzheimer y la depresión.
La salud intestinal también puede estar relacionada con la obesidad, pero no de la forma que se podría pensar. No es solo la ingesta calórica la que afecta nuestro peso, sino también el tipo de alimentos que consumimos y cómo nuestro intestino los “fermenta” o descompone. Esto, a su vez, influye en la forma en que nuestro cuerpo regula la glucosa en sangre. Las investigaciones están empezando a demostrar que la obesidad puede estar relacionada con la falta de ciertos microbios en nuestro intestino.
“Si llevamos una dieta centrada exclusivamente en alimentos altamente procesados, tenemos menos diversidad de ciertos microbios beneficiosos en nuestro intestino”.
En las últimas décadas se ha observado un aumento considerable de cánceres de colon y otras enfermedades gastrointestinales graves relacionadas con la inflamación crónica del estómago. Muchas de estas afecciones pueden explicarse por dietas deficientes en fibra y ricas en alimentos procesados, que a menudo pueden provocar afecciones como el estreñimiento crónico.
El aumento de cánceres de colon entre adultos jóvenes ha llevado al U.S. Preventive Services Task Force (Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE. UU.) a recomendar a las personas adultas realizarse pruebas de detección de cáncer colorrectal a partir de los 45 años, y en el caso de las personas con historial familiar de cáncer, 10 años antes de esa edad.
¿Existe una relación entre la salud intestinal y la salud mental?
Dado que gran parte del sistema inmunitario se encuentra en el intestino y la mayor parte de la serotonina del cuerpo se produce en él, se sabe desde hace tiempo que la dieta y la salud mental están relacionadas, afirmó.
Esto significa que si el intestino no está sano, el sistema inmunitario e incluso las hormonas pueden verse comprometidos. Si a esto le sumamos unos niveles bajos de serotonina, es posible que no se sienta bien o que enfrente problemas de salud mental. La serotonina, una sustancia química producida principalmente en el intestino, desempeña un papel fundamental en el sueño, el estado de ánimo, la ansiedad, la cicatrización de heridas, la digestión, la libido y más.
Marrs comentó que, al hablar con terapeutas, estos hablan de la relación directa entre la depresión y la ansiedad, y lo que comen y no comen sus pacientes. Una nueva investigación también muestra la correlación entre los niveles de ciertas bacterias y la aparición y progresión de la depresión en ciertos pacientes.
¿Cuál es la relación entre la demencia y la salud intestinal?

Los investigadores también están estudiando la correlación entre el microbioma intestinal, la función cerebral y las enfermedades cerebrales.
Marrs afirmó que ciertas bacterias presentes en el intestino podrían proteger contra el Alzheimer, mientras que otras tienen el efecto contrario y se han identificado como factores de riesgo. Si bien se necesita más investigación, esta es un área de estudio muy interesante que explora la relación entre el microbioma intestinal y el envejecimiento cerebral.
¿Cuáles son las señales de alerta sobre el mal funcionamiento del intestino?
Ante todo, preste atención a los cambios en sus deposiciones, como el estreñimiento o la diarrea. Otros síntomas a tener en cuenta incluyen:
- Sangre en las heces.
- Dolor abdominal, cólicos o hinchazón.
- Cambios drásticos en el apetito.
- Pérdida de peso.
- Aumento de la sensibilidad alimentaria.
¿Es una alimentación saludable, el principal mecanismo para tener un sistema digestivo saludable?
Queremos un amplio espectro de bacterias en nuestro intestino, y eso se logra con una dieta rica en diversidad y fibra, afirmó. Cuando alimentamos a las bacterias beneficiosas de nuestro intestino con los alimentos que prefieren, como los ricos en fibra, estas a su vez crean ácidos grasos de cadena corta que pueden ayudarnos a mantener la integridad de nuestro revestimiento intestinal.
“No tiene que ser vegano o vegetariano ni seguir un solo tipo de dieta, pero preste atención a los alimentos que consume y a su riqueza en nutrientes”, afirmó. “La comida es mucho más que su influencia en nuestro peso: es lo que nutre nuestro cuerpo y afecta a cada célula y órgano”.
¿Cuáles son los mejores alimentos para la salud intestinal?
Una dieta equilibrada que incluya:
- Verduras, frutas y legumbres de colores vibrantes
- Granos integrales, frutos secos y semillas
- Aceitunas y aceite de oliva
- Pescados grasos como sardinas, salmón y anchoas
- Hierbas como orégano, cúrcuma, romero y albahaca
- Lácteos fermentados con cultivos vivos y otros alimentos fermentados como kimchi, chucrut y kombucha
Si bien ciertos alimentos, como los altamente procesados y ricos en azúcar, pueden consumirse ocasionalmente, Marrs afirmó que la moderación es clave.
“Las personas que tienen una buena relación con la comida, que disfrutan de ella y mantienen una buena salud, un peso saludable y una salud intestinal óptima, logran todo esto mediante el equilibrio”.
¿Debería tomar vitaminas, probióticos u otros suplementos alimenticios para mejorar mi salud intestinal?
Eso depende, dijo Marrs, porque tomarlos como una solución rápida y única sin cambiar la dieta no servirá de mucho.
“Los probióticos adaptados a las necesidades de cada persona pueden ser importantes y pueden ayudar a reponer las bacterias beneficiosas en el intestino, pero, insisto, si no se cambia la dieta, no funcionarán a largo plazo.
“Necesitamos alimentos ricos en fibra como frutos secos, semillas, verduras, frutas, cereales integrales y legumbres, junto con cualquier régimen de vitaminas o suplementos”.
¿Cuáles son los alimentos más perjudiciales para la salud intestinal?
”La gente se cansa de que les digan que no deben comer ciertas cosas, y no es eso lo que quiero enfatizar. Mírenlo desde la perspectiva de lo que no contienen todos estos alimentos ultraprocesados: antioxidantes naturales, fibra, fuentes integrales de proteínas y grasas antiinflamatorias; solo mucho azúcar y grasas y aceites altamente procesados”.
¿Qué le hacen los antibióticos al intestino?
Dado que los antibióticos actúan atacando a todas las bacterias del cuerpo, es importante desarrollar bacterias beneficiosas después de terminar el tratamiento. También advirtió sobre el uso de medicamentos para bajar de peso como Ozempic y la importancia de consultar con un nutricionista dietista certificado debido a los posibles efectos secundarios.
Al igual que con cualquier medicamento, es importante consumir alimentos saludables mientras se toman y mantener una dieta equilibrada.
“Los antibióticos afectan el microbioma intestinal y, si bien es posible que debamos tomarlos como tratamiento médico, es importante saber cómo comer adecuadamente después de que la receta haya terminado para cuidar el intestino y reponerlo”.
¿Cómo enseño a mis hijos buenos hábitos de salud intestinal?
Los padres pueden dar un buen ejemplo a sus hijos eligiendo alimentos nutritivos delante de ellos, compartiendo las comidas cuando sea posible y ofreciendo una amplia variedad de verduras, frutas, cereales integrales, proteínas, carbohidratos y grasas.
Marrs recomienda intentar limitar los alimentos ultraprocesados, pero sin crear tabúes ni ultimátums en torno a ciertos alimentos, ya que esto puede generar problemas a largo plazo.
“Es fundamental que nuestros hijos no vean a sus padres restringir excesivamente sus comidas”, afirmó Marrs. “Es algo que no puedo enfatizar lo suficiente. Los padres con trastornos alimentarios a menudo, sin saberlo, influyen en sus hijos para que tengan los mismos problemas”.
En cuanto a las influencias en adolescentes, Marrs también se preocupa por la “cultura tóxica de las dietas en línea” que promueve dietas extremas, bebidas pre-entrenamiento con demasiada cafeína y suplementos excesivos.
¿A quién debo consultar si tengo problemas intestinales?
El primer paso sería consultar con un médico de cabecera y hacerse un análisis de laboratorio completo para descartar cualquier problema grave, dijo. Además, las colonoscopias de rutina son imprescindibles.
“Los resultados son mucho mejores con la detección temprana”.
Una vez descartado cualquier problema grave, recomienda buscar un nutricionista dietista certificado que pueda guiarle en un plan de acción.
“Las redes sociales están llenas de productos promocionados por personas que, a menudo, no saben de qué hablan; todo se trata de ventas. Trabaje con profesionales de la salud que conozcan su situación, su historial y sus necesidades específicas”.
¿Es demasiado tarde para empezar a prestar atención a mi salud intestinal?
Nunca es tarde y puede empezar hoy mismo, dijo Marrs. “No tiene por qué ser tan difícil como todos lo pintan. El problema es que vivimos en una sociedad donde todos intentan venderle algo. Muchas veces, las dietas extremas acaban alterando el microbioma intestinal, ya que las personas toman medidas drásticas para adelgazar en lugar de esforzarse por estar sanas”.
Marrs enfatiza un enfoque sensato: “Si se mueve y come siguiendo la regla del 80-20, es el camino hacia una mejor salud. Alimente a su cuerpo con lo que necesita para prosperar entre el 80 y el 85 % del tiempo de su vida, y el 15 o 20 % restante puede relajarse”.
Insta a las personas a no centrarse en la perfección.
Todos estos extremos a los que llega la gente y todas las dietas dañan nuestro microbioma. A menudo, no alimentamos a nuestro cuerpo con lo que necesita y solo nos preocupamos por el peso. No preste atención solo en la ingesta calórica, sino en lo que ingiere. El daño intestinal no siempre es inmediato, sino que ocurre con el tiempo.