
Una tos persistente comenzó a causarle dolor en el seno a Haidee Hernandez, de 62 años y madre de seis hijos.
Todas las noches, después de que el juzgado Lindsey-Flanigan de Denver cerrara y los empleados se fueran a casa, Haidee llegaba con sus productos de limpieza. Como empleada contratada para una empresa que presta servicios de limpieza en edificios gubernamentales, Haidee ganaba $18 dólares la hora y trabajaba cuatro horas cada noche, limpiando cuidadosamente los baños para asegurar que estuvieran impecables al día siguiente.
Para complementar sus ingresos, Haidee elaboraba y vendía tamales mexicanos rellenos de chile y queso. También empezó a coser con una antigua máquina de coser verde que había reparado. Aunque ya no la usa, la guarda en la sala de su apartamento en Aurora, Colorado.
Haidee cree que desarrolló una tos persistente tras contraer COVID-19 durante la pandemia y sin recibir atención médica. A pesar de su deseo y necesidad de trabajar, se sentía muy mal y le costaba seguir adelante con su apretada agenda de trabajo.
Haidee se dio cuenta de que necesitaba ver a un médico, pero había un obstáculo: no tenía seguro de salud.
La vida le enseñó a Haidee a ser ingeniosa desde muy pequeña. Recuerda su infancia en su natal El Salvador, vendiendo fruta con su madre y su hermana, desde los 10 años.
Durante un viaje a México buscó atención médica para la tos
Como Haidee nunca había consultado a un médico en Estados Unidos, decidió buscar atención médica en México, durante un viaje para visitar a una amiga.
Allí, un médico le diagnosticó una afección llamada “neumonía atípica”.
También le realizaron una radiografía y una mamografía que la llevaron a un diagnóstico difícil e inesperado: cáncer de mama.
Haidee tenía lo que se conoce como carcinoma ductal invasivo, un tipo común de cáncer de mama en el que las células cancerosas de los conductos galactóforos (tubos delgados de la mama) se propagan al tejido mamario.
“Me sentí triste cuando recibí el diagnóstico y pensé que lo que estaba pasando era muy difícil”, dijo Haidee.
Los médicos le extirparon el tumor, pero también recomendaron quimioterapia y radioterapia.
Cuando Haidee regresó a su casa en Colorado, intentó salir adelante sin tratamientos adicionales contra el cáncer.
Pero su salud continuó deteriorándose. Con 4’11’’ de estatura, Haidee siguió perdiendo peso y finalmente llegó a pesar solo 100 libras, después de perder aproximadamente 50 libras de peso de manera involuntaria.
“No podía hacer nada por mí misma, absolutamente nada, ni siquiera subirme al carro. Necesitaba que mi hija me ayudara a sentarme, que alguien me llevara al baño, que alguien me ayudara a bañarme. Todo eso”, dijo Haidee.
También sufrió emocionalmente. Su identidad como la fuerte matriarca de su familia y proveedora quedó destrozada. Estaba demasiado enferma para seguir trabajando.
La hija de Haidee, Elizabeth Hernández, de 32 años, la ayudó a encontrar ayuda. Llevó a su madre a UCHealth University of Colorado Hospital, donde los médicos de la sala de emergencias, ayudaron tanto a madre como a hija, a conectarse con especialistas en cáncer y asesores del programa de atención en salud con descuento. (Aprenda sobre cómo buscar ayuda médica).
Conectando con un especialista en cáncer que ayudó a Haidee a obtener la atención que necesitaba

Haidee pronto empezó a ser atendida por el Dr. Enrique Soto Pérez de Celis, un médico y oncólogo que se especializa en el tratamiento de cáncer de seno en el UCHealth Diane O’Connor Thompson Breast Center – Anschutz Medical Campus.
Soto diagnosticó a Haidee con cáncer de mama HER2 positivo. Este tipo de cáncer de mama se caracteriza por niveles elevados de la proteína HER2, lo que provoca un rápido crecimiento de las células cancerosas debido a la sobreproducción de esta proteína.
Entre el 15 por ciento y el 20 por ciento de las pacientes con cáncer de mama presentan niveles elevados de la proteína HER2, según datos de expertos de American Cancer Society (Sociedad Americana contra el Cáncer).
Impacto del cáncer de mama en las mujeres Hispanas
La edad promedio del diagnóstico de cáncer de mama entre las mujeres Hispanas está entre los 57 y 60 años, según expertos de Epic Research (plataforma para la investigación clínica que integra datos de atención médica).
Haidee tenía 60 años cuando recibió su diagnóstico y su principal factor de riesgo era su edad, dijo Soto.
Entre las mujeres Hispanas en los EE. UU., el cáncer de mama es la principal causa de muerte por cáncer y representa el 16 por ciento de todos los casos de fallecimientos por cáncer.
La mayoría de las mujeres con cáncer de mama — cerca del 90 % — no posee antecedentes o causas genéticas para el desarrollo de cáncer, lo que significa que no tienen antecedentes familiares, según los expertos de los CDC Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de EE. UU.
Como la mayoría de las mujeres, Haidee no tenía antecedentes familiares de cáncer de mama. Salvo por haber contraído COVID-19 y sufrir una neumonía no diagnosticada, había gozado de buena salud toda su vida. No fumaba ni bebía alcohol y no tenía sobrepeso.
“Mi vida giraba en torno al trabajo. Solo trabajaba y volvía a casa”, dijo Haidee.
Soto comentó que por lo general, las mujeres no presenten ninguna causa identificable de cáncer de mama.
“Los factores de riesgo para el cáncer de mama incluyen la edad avanzada, el uso de terapia hormonal sustitutiva, la nuliparidad (no haber tenido un embarazo a término), el inicio prematuro de la menstruación, la menopausia tardía y el consumo de alcohol”, dijo Soto, quien es además profesor asociado visitante en la University of Colorado School of Medicine en el Anschutz Medical Campus.
El diagnóstico y el tratamiento tempranos del cáncer de mama salvan vidas
En países de altos ingresos como Estados Unidos, las tasas de supervivencia después de un diagnóstico de cáncer de mama han mejorado gracias a los avances en los tratamientos. Las tasas de mortalidad por cáncer de mama han disminuido hasta en un 40 % entre los años 1980 y 2020.
“La detección temprana y el tratamiento del cáncer de mama son esenciales para mejorar la supervivencia, pero existen deficiencias significativas en la atención médica para las mujeres Hispanas”, dijo Soto.
Entre las barreras más importantes que Haidee enfrentó para superar el cáncer de mama se encuentran la falta de seguro médico y las barreras lingüísticas.
Elizabeth, madre de una niña, ha ayudado a Haidee a desenvolverse en el sistema de salud estadounidense, ya que su madre no habla inglés con fluidez.
“La barrera lingüística es un problema. Debido a las barreras lingüísticas, las mujeres Hispanas no acuden al médico ni buscan ayuda. Tuve que investigar por mi cuenta. Mi madre no pudo hacerlo sola. Investigué sobre todos los hospitales para encontrar ayuda”, dijo Elizabeth (Aprenda sobre los servicios de la clínica DAWN en el Anschutz Medical Campus que brinda atención a las personas sin seguro médico en Aurora).
Las mujeres Hispanas como Haidee se someten a menos pruebas de detección de cáncer de mama que las mujeres blancas no Hispanas, principalmente debido a barreras estructurales como un menor acceso a seguro médico, limitaciones económicas, menor disponibilidad de servicios de salud en sus comunidades y dificultades lingüísticas o desconfianza en el sistema de salud, según expertos de la American Cancer Society.
El acceso limitado a la atención médica provoca retrasos en el diagnóstico y el tratamiento del cáncer de mama en las mujeres Hispanas.
“El cáncer de mama es una enfermedad que llega inesperadamente”, afirmó Haidee.

Después de recibir quimioterapia y radioterapia, Haidee se encuentra mucho mejor y ahora recibe una terapia adicional llamada trastuzumab.
Trastuzumab es el nombre genérico de un medicamento aprobado por la FDA Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU. para el tratamiento del cáncer de mama HER2 positivo, el tipo de cáncer que desarrolló Haidee. Ella y otras pacientes reciben el medicamento mediante infusiones intravenosas o inyecciones subcutáneas en el muslo.
La tos de Haidee persiste y requiere atención y cuidado.
“La tos de Haidee se debe a una enfermedad pulmonar intersticial”, dijo Soto. “Parece ser consecuencia de una neumonía, no de la COVID-19, y no existe una causa clara en la mayoría de los casos de esta enfermedad”.
Si bien la tos ha sido difícil para Haidee, su decisión de buscar atención médica la ayudó a obtener el diagnóstico y la atención para el cáncer de mama.
Haidee continúa recibiendo atención para su afectación en los pulmones en el UCHealth Pulmonology Clinic-Anschutz.
”El equipo de neumología la trató con esteroides y otros inmunosupresores, y mejoró, aunque aún tiene la enfermedad en los pulmones, y la estamos monitoreando de cerca”, dijo Soto. ”La tos de Haidee ha mejorado, pero aún persiste y necesita oxígeno”.
Alivio y gratitud por la atención que está recibiendo
Haidee y su familia están increíblemente agradecidos de que haya podido contactar con los expertos del University of Colorado Hospital.
“Cuando empecé a ver al Dr. Soto en UCHealth, empecé a sentirme segura”, dijo Haidee. “Empecé a confiar en los tratamientos porque el médico me animó, y hasta el día de hoy, me sigue animando a continuar”.
En su lucha contra el cáncer de mama, Haidee afirma haber manejado muy bien los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia. Aparte de una leve sensación de ardor en el seno debido a la radiación, no experimentó ninguna molestia importante, lo que atribuye a seguir cuidadosamente las recomendaciones médicas después de cada procedimiento y a la ayuda de su hija, quien le aplicó compresas frías para calmar el ardor.
“Seguimos trabajando estrechamente con Haidee para asegurar que su tratamiento contra el cáncer avance bien y que sus pulmones se mantengan sanos”, dijo Soto.
Una actitud positiva la ayuda a recuperarse del cáncer de mama
Para Haidee, es importante mantener una actitud positiva, a pesar de los desafíos de afrontar el cáncer de mama.

“Hay que seguir adelante, no desanimarse”, dijo.
Ella ha tenido fe en que sobreviviría.
“Nunca pensé que el cáncer de mama me llevaría a la muerte porque se detectó a tiempo, antes de que se extendiera por todo mi cuerpo”, dijo Haidee.
Su actitud optimista ha mejorado su resiliencia emocional y su calidad de vida como paciente de cáncer de mama.
Lo más difícil de afrontar una enfermedad tan compleja ha sido no poder trabajar y ayudar a su familia.
“Me siento mal por no poder contribuir económicamente en este momento. No puedo ayudar a mi hijo, quien me ayuda económicamente”, dijo Haidee, refiriéndose a su hijo menor, de 27 años, que trabaja en un edificio de apartamentos en Denver. Él es el principal sostén económico de Haidee.
Los autoexámenes son fundamentales. Y las visitas al médico también. ¿Por qué todas las personas necesitan confiar en sus médicos de atención primaria?
Basándose en su experiencia, Haidee enfatizó la importancia del diagnóstico oportuno y el autoexamen de mama. (Aprenda sobre las pruebas de imágenes para el diagnóstico de cáncer de mama).
“Es importante revisarse regularmente, hacerse un autoexamen de mamas. Yo no me revisaba muy a menudo. Cuando usted se bañe, tóquese los senos y revíselos”, dijo Haidee.
Su hija repitió ese consejo.
“Es muy importante que todas las mujeres de todas las comunidades se autoexaminen los senos con regularidad”, dijo Elizabeth.
Las mamografías regulares también son esenciales, ya que algunas mujeres tienen cáncer de mama pero no sienten ningún bulto en los senos.
Durante su lucha contra el cáncer de mama, Haidee se apoyó en las habilidades y cualidades que ha usado toda su vida: coraje, positividad y determinación.
También se benefició de un equipo de profesionales de la salud que la ayudaron.
“Desde el principio, nuestro equipo multidisciplinario — que incluye farmacia, neumología y rehabilitación — trabajó en conjunto para atender tanto su cáncer como sus pulmones. Con el tiempo, hemos construido una relación muy agradable y de confianza”, dijo Soto.
Haidee anima a las mujeres a buscar información sobre cómo acceder a la atención médica regular y confiar en el sistema de salud. También es fundamental seguir las recomendaciones médicas.
“Los médicos saben lo que hacen con sus pacientes. Nos recetan el medicamento adecuado para cada enfermedad. La vida continúa, debemos seguir los tratamientos, no faltar a las citas de seguimiento y es importante no desanimarse”, dijo Haidee.
Tener un médico de atención primaria y consultarle regularmente también es importante, dijo Soto.
Estos profesionales de la salud son clave para identificar un bulto o un cambio en la mama durante las visitas médicas de rutina que podría indicar cáncer de mama.
Haidee continúa recibiendo trastuzumab y asiste a citas de seguimiento regulares con Soto y su equipo.
”Para las pacientes con cáncer de mama, es importante mantener un seguimiento a largo plazo y tener presente que el tratamiento puede tener consecuencias a largo plazo. Monitoreamos rutinariamente a las pacientes en nuestras clínicas de supervivencia, no solo para detectar recurrencias lo antes posible, sino también para asegurar que su salud general sea excelente”, dijo Soto.
A Soto le encanta poder conectar con las pacientes en su idioma nativo.
“Ha sido un privilegio hablar con Haidee en español y conocerla a ella y a su familia. Atender a pacientes Hispanas siempre es especial para mí, y creo que el vínculo que se crea al compartir el idioma y la cultura es una parte importante de una atención en salud de alta calidad”, dijo Soto.
Aunque Haidee ya no vende sus tamales, le encanta cocinar y disfruta preparando comidas saludables. Ahora que está mejor de salud, ha recuperado parte del peso que había perdido.
Se siente esperanzada ahora que cuenta con profesionales de la salud que la atienden.
“El Dr. Soto me dice que todo va a estar bien, que voy a estar bien. Tengo mucha fe en mi médico y todo ha ido bien con mi tratamiento”, dijo.
La detección temprana del cáncer de mama salva vidas. Cómo hacerse una prueba:
- Las pruebas de detección del cáncer de mama incluyen mamografías, ecografías mamarias, exámenes clínicos mamarios y autoexámenes mamarios. (Programe su mamografía u otras pruebas de diagnóstico por imágenes.)
- Mujeres de entre 40 y 74 años que no presentan un alto riesgo de cáncer de mama, deberían realizarse una mamografía cada dos años. Las mujeres jóvenes con alto riesgo de cáncer de mama podrían necesitar una mamografía más temprana. Y las mujeres mayores con mayor riesgo de cáncer de mama podrían necesitar mamografías más frecuentes. Consulte con su médico sobre las recomendaciones más adecuadas para usted.
- El autoexamen de mamas puede ayudarle a identificar síntomas de cáncer de mama, como bultos, dolor o cambios en el tamaño de los senos. Aprenda a realizarlo. Y asegúrese de informar a su médico de atención primaria si nota algún cambio en sus senos.
- Un examen de mamas debe formar parte de su revisión anual. Su médico palpará sus senos para detectar bultos o cambios en el tejido mamario que podrían indicar un problema grave, como cáncer de mama.