
La vida está llena de sorpresas.
Para Jeannet Parham, un encuentro casual con Lisa Meyers, una enfermera titulada de UCHealth Memorial Hospital, fue lo que ella llama “un momento de intervención divina”.
“Todo inició en mi fiesta de cumpleaños”, explicó Parham. Fue el 12 de noviembre del 2024, y Meyers estaba de vacaciones en Hopkins, Belice, donde vive una amistad que organizó una fiesta sorpresa para Parham, quien cumplía 33 años.
Parham, conocida entre sus amistades como “Jay,” esperaba una cena discreta en ocasión de su cumpleaños. Lo que recibió fue una bienvenida con un enfusivo y unísono “sorpresa”, de parte de los invitados, entre estas personas estaba Meyers.
Después de agradecer a todas las personas asistentes por la cálida celebración, Parham hizo un anuncio que conmocionó a todos: Su corazón no puede recibir sorpresas, dada su condición, no sabía si tendría otra celebración de cumpleaños.
“Nunca antes le dije a nadie de mi condición”, dijo. Solamente su esposa, Reagan, sabía de esto. “Para mi suerte, Lisa estaba ahí. En este encuentro la conocí”.

Un defecto del tabique auricular extremadamente grande
Meyers, coordinadora clínica cardiovascular en UCHealth Memorial Hospital Central y con una trayectoria de más de 30 años como enfermera le pidió a Parham, quien nació y fue criada en Belice, que le contara sobre su condición. “Como enfermera especializada en el corazón, quería que ella recibiera el cuidado que necesitaba”, dijo Meyers.
Tras enterarse de que Parham tenía un defecto del tabique auricular (atrial septal defect ASD, por sus siglas en inglés) —un orificio en la pared del corazón que separa las cavidades superiores—, le dijo a su nueva amiga que quizás podría ayudarla. “Conozco a alguien que lidia con esto a diario”, le dijo.
Parham se había enterado unos años antes, en 2022, de que tenía una cardiopatía congénita. Su médico de cabecera en Hopkins, una aldea costera del sur de Belice, le sugirió que fuera a Belmopán, la capital, para un ecocardiograma. Una prueba como esta proporciona una panorámica sobre el estado del corazón.
Sin embargo, el cardiólogo de Belmopán no estaba seguro del tamaño del defecto del tabique auricular y le sugirió que fuera a Mérida, capital del estado de Yucatán, en México, para recibir más atención. Pruebas adicionales en Mérida mostraron un orificio extremadamente grande de 3.8 cm en la pared cardíaca de Parham.
“Me enviaron con esa información”, recuerda ella.
Los defectos del tabique auricular se consideran grandes si miden 12 mm (o 1,2 cm). El de Parham era más del triple, y casos tan graves someten a un gran esfuerzo al corazón y los pulmones.
UCHealth Memorial Hospital posee múltiples certificaciones cardiovasculares, acreditaciones y reconocimientos, entre estos:
- Distinción Nacional de Excelencia del ACC (American College of Cardiology): HeartCARE Center/Centro de Cuidado del Corazón (7 años consecutivos)
- Certificación ACC TAVR- (Reemplazo valvular aórtico transcatéter)
- Acreditación ACC en Electrofisiología
- Acreditación ACC en Centro de Dolor Torácico con PCI primaria y reanimación
- Certificación Gold Plus de AHA (American Heart Association) Pautas de Designación de Insuficiencia Cardíaca
- Premier Top 50 del 2025 en Hospital Cardiovascular
En un corazón que funciona normalmente, la sangre llega al lado derecho, donde se envía a los pulmones para oxigenarse. Desde allí, la sangre oxigenada llega al lado izquierdo del corazón y se bombea al resto del cuerpo. Sin embargo, el corazón de Parham permitía que la sangre rica en oxígeno se filtrara de la cavidad superior izquierda a la derecha, lo que sometía a un gran esfuerzo al lado derecho de su corazón.
Conexión con profesionales expertos en el corazón
Cuando Meyers regresó de vacaciones y se reincorporó al trabajo en UCHealth Memorial Central, se detuvo en el pasillo con el Dr. Cihan Cevik, cardiólogo intervencionista.
“Me comentó: ‘Tengo una amiga con un ASD y no pueden atenderle en Belice’”, recordó Cevik. Él accedió a revisar el historial médico de Parham si ella se lo enviaba.
“Después de revisar el historial médico de Belice, supe exactamente por lo que iba a pasar”, dijo Cevik. “Es una afección cardíaca grave; eso fue lo que le dije en nuestras videoconferencias”.
Parham y Cevik hablaron tres o cuatro veces por videollamada de WhatsApp. “Le dije que esto necesita atención y que con gusto la atenderemos aquí, en Colorado”.

También le dijo que la condición podría ser mortal.
Parham y su esposa comenzaron a buscar vuelos a Colorado.
En los días posteriores a su llegada el 30 de diciembre, Parham no se sentía bien. Con la altitud, sus síntomas empeoraron. Tenía dificultad para respirar, estaba pálida y no podía caminar mucho. Fue ingresada en el hospital.
“Tiene que hacerse esto de inmediato”, dijo Cevik, refiriéndose a un procedimiento de cateterismo cardíaco en el que se inserta un tubo en un vaso sanguíneo de la ingle y se lo guía hasta el corazón, donde luego se coloca un dispositivo especializado que tapa la perforación.
Pero un procedimiento previo ecocardiograma transesofágico– otra prueba que crea imágenes detalladas del corazón – reveló malas noticias.
El agujero en el corazón que medía 4.1 cm – era demasiado grande para un procedimiento mínimamente invasivo en el laboratorio de cateterizaciones. Por lo que tendría que considerarse otro procedimiento.
“Regresé a mi habitación y un cirujano me habló. Me dijo que el procedimiento que el Dr. Cevik quería hacer no era posible y que tendría que ser una cirugía a corazón abierto”, dijo Parham. “Me operaron al día siguiente”.
Especialistas en el corazón encuentran la mejor solución al problema cardíaco
El Dr. Mark Douthit, cirujano cardiovascular, estaba de turno cuando se determinó que la condición no podía repararse con una intervención basada en catéter.
“No fue una emergencia, pero percibimos la urgencia”, dijo Douthit.
“Jay tenía una anomalía congénita; esto ya existía antes de nacer”, explicó. “Normalmente, el corazón, a medida que avanza en el útero, comienza siendo simplemente un tubo que se pliega sobre sí mismo con el tiempo y crea una bomba muscular de cuatro cámaras: el corazón. A veces, los tabiques, que son las paredes divisorias naturales entre las dos cámaras superiores e inferiores del corazón, no se desarrollan, y ese era su problema”.

Con el tiempo, esto puede causar insuficiencia cardíaca e incluso la muerte, y por eso es necesario reparar un defecto tan grande. De hecho, el suyo necesitó ser reparado hace muchísimos años.
Douthit utilizó tejido pericárdico bovino, comúnmente utilizado en diversos tipos de cirugía, para tapar el orificio. “La operación completa probablemente duró 3 horas”, dijo.
“Hoy en día casi nunca operamos (una ASD) y podemos cerrarla sin tener que abrir el tórax”, dijo Douthit, quien ha ejercido la cirugía cardiotorácica desde 1989. “El Dr. Cevik realizó el análisis y el diagnóstico, y determinó la mejor manera de proceder. Yo solo fui el mecánico y cosí un parche. Fue un procedimiento sencillo que, con suerte, le permitirá tener una vida normal”.
Parham pasó seis días en el hospital antes de recibir el alta. Regresó a Belice y a su trabajo como administradora de propiedades de alquiler vacacional.

“Estoy en deuda con toda la atención quirúrgica y las enfermeras”, dijo. “Las enfermeras y los médicos que me atendieron fueron muy atentos. Siento que eso fue lo que hizo que todo el proceso, toda la experiencia, fuera más llevadero. Tuve a mi alrededor gente que me apoyó y me atendió”.
Cevik predice que Parham se sentirá de maravilla. “Este procedimiento le salvó la vida a esta joven. Es lo que hacemos”.
Ahora que está de vuelta en casa, le gustaría probar todas las actividades que los turistas disfrutan en su país. “Quizás hacer senderismo y esnórquel”, dijo, cosas que no podía hacer porque siempre le faltaba el aire.

”Me encanta la naturaleza. Me encanta estar al aire libre. Hay tantas cosas que quería hacer y que me daban miedo. Ahora el mundo está de nuevo a mis pies”.
Antes de salir del hospital, ella y su esposa Reagan expresaron su sincero agradecimiento al equipo médico.
A cada uno se le entregó una tarjeta de agradecimiento y un llavero grabado que decía: “Que se sientan orgullosos del trabajo que hacen, de la persona que son y de la diferencia que marcan”.
A Douthit le conmovió mucho el gesto y calificó la historia de Parham de “providencial”.
”Me siento bendecido por hacer lo que hago, pero ayuda contar con maravillosos profesionales de la salud, personal de enfermería y personal de cuidados auxiliares que siempre se esfuerzan al máximo, tratando a nuestros pacientes como si fueran de la familia. No hay un solo paciente que vea aquí que no comente al salir lo maravilloso que es el personal, así que tenemos que aplaudir a todas estas personas.
Sé que Jay nunca nos olvidará y siempre recordará este maravilloso hospital en Colorado Springs”, dijo Douthit.