Mientras Arden Bring estaba en su habitación del hospital, bromeaba con sus padres para evitar pensar en la ansiedad que sentía.
“Empecé a preocuparme por no volver a ver bien nunca más y cómo eso afectaría mi juego de hockey con solo un ojo,” contó.
El viaje de Bring en el hockey abarca ya dos décadas, comenzó con juegos en la calle y luego paso al hielo, donde descubrió su talento como portero. Juega en ligas dos veces a la semana en las pistas de hielo de EPIC en Fort Collins, Colorado.
“Me da la oportunidad de marcar la diferencia y ser clave en el juego,” dijo. “Ser portero es un rol muy atlético que necesita reflejos rápidos y movimientos ágiles. Según cómo veas el puck y te muevas, puedes cambiar mucho el partido. No pueden ganar si no pueden anotar.”
Un mes antes de cumplir 30 años, Bring terminó en el hospital después de sufrir un accidente cerebrovascular. En un abrir y cerrar de ojos, su tiempo en el hielo, y mucho más, estuvo en riesgo.
La importancia de reconocer los signos de un accidente cerebrovascular a cualquier edad.
El 10 de abril de 2023, Bring se despertó con un dolor de cabeza intenso. Agarró su teléfono y le envió un mensaje a su entonces novia: “Mi cabeza.”
“Creo que iba a pedir ayuda, pero me quedé dormido o me desmayé. La verdad no sé”, comentó.
Cuando eran las 5 p.m. y Bring seguía en la cama, su novia se empezó a preocupar. Él había estado jugando golf bajo el sol el día anterior y, la noche anterior a esa, se habían quedado hasta tarde después de un concierto. Aunque podría haber querido dormir más, ella sabía que él ya debería estar levantado para prepararse para su partido de hockey. Como portero, su equipo tendría que retirarse del juego si él no estaba allí.
“Cuando ella me despertó, intenté hablarle, pero todo estaba borroso,” dijo Bring. Su novia se preocupó de inmediato y le exigió que fuera al hospital.
“Le dije que no, que necesitaba prepararme para el hockey. Pero mientras iba al baño, me estrellé contra todas las puertas,” comentó. “Luego miré mis ojos y me di cuenta de que no estaban alineados. No podía ver bien, tenía visión doble. Pensé, ‘Ok, tenemos que ir al hospital’”.
La visión doble y el desequilibrio de Bring eran señales claras de un accidente cerebrovascular. ¿Pero un accidente cerebrovascular en un joven que es tan atlético? De hecho, el número de accidentes cerebrovasculares en personas entre los 18 y los 45 años ha incrementado a nivel nacional, más en cualquier otro grupo de personas en las últimas décadas.
“No es algo que solo les pasa a los mayores; un accidente cerebrovascular puede ocurrir a cualquier edad”, dijo Bring. “Es crucial reconocer los síntomas.”
Cuando un accidente cerebrovascular ocurre
Un accidente cerebrovascular es como un “ataque cerebral” donde se pierde el flujo de sangre a diferentes partes del cerebro que manejan funciones importantes, como el habla, el equilibrio y la visión. Los accidentes cerebrovasculares son causados por un coágulo en un vaso sanguíneo o por sangrado en o alrededor del cerebro.
Alrededor del 87 % de los accidentes cerebrovasculares son causados por un coágulo, que se llama derrame isquémico. Los coágulos pueden bloquear vasos grandes o pequeños en el cerebro y cortar el flujo de sangre esencial. Bring tuvo varios coágulos pequeños que estaban dañando áreas de su cerebro.
La investigación muestra que mueren 1.9 millones de células cerebrales cada minuto durante un derrame.
“Eso significa que estás envejeciendo 3.1 semanas cada minuto (de un accidente cerebrovascular), y si lo pasamos a horas, cada hora podrías estar envejeciendo 3.5 años,” dijo el Dr. Gautam Sachdeva, neurólogo vascular e intervencionista en el UCHealth Medical Center of the Rockies en Loveland. “Es crucial salvar esas células a tiempo para evitar daños permanentes.”
Los síntomas de un accidente cerebrovascular
Es posible que el accidente cerebrovascular de Bring haya comenzado con su dolor de cabeza intenso horas antes de que lo despertaran.
“Es complicado cuando ese es el primer síntoma de algo más grave, porque no podemos enviar a todos con dolor de cabeza a la sala de emergencias,” dijo el Dr. Jacob Chacko, cardiólogo en UCHealth Heart and Vascular Clinic en el norte de Colorado. “Les digo a las personas que busquen algo claramente diferente a lo que están acostumbrados. Si tienes un dolor de cabeza notablemente diferente o más intenso, el peor de tu vida, busca ayuda de inmediato.”
Conozca los signos de un derrame y actúe RÁPIDO o F.A.S.T. (por sus siglas en inglés):
RÁPIDO/F.A.S.T. significa:
- Face/Cara. Sonrisa desigual o caída de la boca.
- Arm/Brazo. Pérdida repentina de fuerza o coordinación.
- Speech/Habla. Dificultad para hablar claramente o entender lo que se dice.
- Time/Tiempo. Llame al 911 si sospecha de síntomas de un accidente cerebrovascular.
Los síntomas también pueden incluir pérdida repentina del equilibrio, dificultad para caminar derecho o cambios rápidos en la visión.
Llamar al 911 en lugar de manejar usted mismo o pedirle a alguien que lo lleve a urgencias es crucial, ya que los servicios de emergencia pueden avisar al equipo de accidentes cerebrovasculares del hospital para que estén listos para su llegada, ahorrando tiempo y protegiendo su cerebro.
La novia de Bring lo llevó al servicio de urgencias del UCHealth Poudre Valley Hospital, donde fue admitido rápidamente. Una resonancia magnética confirmó que tenía pequeños coágulos en el tálamo izquierdo, el cerebelo derecho y el lóbulo occipital.
El tálamo es como el centro de control del cuerpo. Todos los sentidos, menos el olfato, pasan por ahí antes de que los entendamos. También ayuda con la conciencia y el estado de alerta. El cerebelo está relacionado con la coordinación de movimientos, el equilibrio y la estabilidad. El lóbulo occipital se encarga de procesar la visión.
Los coágulos amenazaban el futuro de Bring y su capacidad para disfrutar de su pasión por el hockey.
Tratamiento para un derrame isquémico
En el hospital, los médicos le administraron un medicamento por IV para disolver los coágulos, lo que logró romperlos y recuperar el flujo de sangre en su cerebro. Desafortunadamente, su visión se vio afectada.
Salió del hospital 24 horas después con un parche en el ojo. Los doctores le dijeron que descansara y no manejara hasta que un terapeuta ocupacional le diera el visto bueno. Una semana después, los médicos le dieron el permiso para volar a Los Ángeles a ver a su hermana.
“Fueron unas vacaciones agradables, pero mis ojos no mejoraban,” dijo Bring. “No podía mirar mi teléfono ni ver fuera con claridad. Era como esos lentes de borracho que te hacen usar en la escuela. Veía dos imágenes una encima de la otra, y eso arruinó mi percepción de profundidad.”
Bring decidió buscar un terapeuta de visión. Hizo terapia tres días a la semana y tenía ejercicios oculares para hacer en casa.
Volver a jugar hockey después de un accidente cerebrovascular
A pesar de los problemas de visión, Bring volvió al hielo en menos de tres meses después del derrame.
“No veía muy bien y me metieron varios goles”, comentó. “Sentí dolor cuando comenzaron a anotar goles. Es difícil levantarse y decir, ‘Estoy bien; voy a seguir haciéndolo’.
“Fue divertido regresar y hacer algo que amo, pero todavía estaba pasando un mal momento”.
Bring se preguntaba por qué tenía que pasar por tanta adversidad.
“Es muy frustrante. No debería ser así, me deprimí y me sentí agotado,” comentó.
Sus compañeros de equipo le echaron una mano para motivarlo a seguir adelante.
“Me aceptaron y querían que jugara con ellos, aunque no estaba en mi mejor forma,” dijo Bring. “Cuando estaba deprimido, me animaban. Me ayudaron a levantarme, y con la terapia, me recuperé.”
Una vida por delante para enfrentar las secuelas de un accidente cerebrovascular
Un año después de su derrame, Bring dijo que su visión había vuelto, aunque sentía que todavía veía su nariz más de lo normal. Juega hockey regularmente y sigue haciendo paradas clave en los partidos.
Toma medicamentos anticoagulantes para prevenir futuros derrames. Sin embargo, estos medicamentos aumentan el riesgo de sangrado. Le dijeron que podría tener que considerar llevar un estilo de vida menos activo.
“Me dijeron que podría necesitar limitar las cosas que hago, todas esas cosas que los jóvenes quieren hacer,” comentó.
Sus doctores le dieron toda la información que necesitaba para tomar decisiones acertadas sobre su vida. Ellos entendieron que limitar su estilo de vida podría afectar aún más su salud mental.
“Todo tiene riesgos, y hay que tomar riesgos calculados”, comentó. “Al final, era mi decisión jugar hockey, y cuando la tomé, mis doctores me apoyaron”.
“Hay un poco de ansiedad”, comentó Bring. “Me siento aliviado porque es menos probable que tenga otro derrame, pero es frustrante tener que hacer revisiones y análisis constantes por los riesgos de la medicación…”
Arden la esperanza de que algún día podrá dejar los anticoagulantes y seguir jugando hockey sin ese miedo adicional.
“Pasé por tiempos difíciles, pero ahora estoy viviendo más feliz y saludable”, comentó. “No sé si tengo todas las palabras perfectas para dar ánimos, pero les diría a otros que están en recuperación que su cuerpo puede sanar, que pueden volver a levantarse si se esfuerzan y el tener a las personas adecuadas a tu lado es de mucha ayuda.”