Autotrasplante renal

El autotrasplante renal es una cirugía que preserva el riñón y se puede utilizar en pacientes selectos. Durante el procedimiento, se remueven el riñón y el uréter del paciente. Luego, el riñón se implanta, o se coloca, en una parte diferente del cuerpo, generalmente junto a la vejiga en la pelvis. Si tiene éxito, el beneficio es que el paciente mantiene dos riñones funcionales, aunque uno haya sido colocado en otro lugar.

El Centro de Trasplantes de UCHealth en el área metropolitana de Denver es el único programa de trasplantes en la región de las Montañas Rocosas que realiza autotrasplantes renales y que ofrece cirugía robótica mínimamente invasiva a los pacientes apropiados.

UCHealth - Autotrasplante renal: ¿Para qué sirve el autotrasplante renal?UCHealth - Autotrasplante renal: ¿Para qué sirve el autotrasplante renal?UCHealth - Autotrasplante renal: ¿En qué se diferencia el autotrasplante renal de un trasplante de riñón?

My Health Connection para pacientes con autotrasplantes

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Pacientes que califican para un autotrasplante renal

Por lo general, la cirugía de autotrasplante renal no es una opción para todos los pacientes. Esta cirugía generalmente está indicada para trastornos como el síndrome del cascanueces, el síndrome del dolor lumbar-hematuria, traumatismos, cáncer y malformaciones vasculares.
Para estas condiciones complejas, UCHealth cuenta con un equipo multidisciplinario, con experiencia en varias áreas, que incluyen urología, radiología intervencionista, cirugía de trasplantes, psiquiatría (salud conductual), medicina de adicciones, enfermería y trabajo social.

Este equipo multifuncional puede evaluar la situación de cada paciente para determinar si el autotrasplante renal es el procedimiento adecuado para ellos.

Autotrasplante renal: beneficios y riesgos

Beneficios

La cirugía de autotrasplante renal tiene muchos beneficios, pero el beneficio principal es preservar la función renal mientras se trata el problema de base.

Por ejemplo, con los autotrasplantes renales hemos logrado una tasa de éxito superior al 90% en el alivio del dolor renal crónico en ciertas afecciones.

Además de estos beneficios para la calidad de vida, el paciente mantiene dos riñones funcionales. En otros casos, el autotrasplante renal se ha utilizado como un procedimiento para salvar el riñón tras un traumatismo, cáncer u otras circunstancias especiales.

Riesgos

Toda cirugía conlleva riesgos potenciales. Debido a que el autotrasplante renal es un procedimiento complejo, existen posibilidades de que se produzcan complicaciones, e incluso la muerte, a pesar de que el paciente haya recibido la mejor atención.

Otros riesgos incluyen, pero no se limitan a:

  • reacción a la anestesia recibida durante la cirugía.
  • coágulos de sangre en las piernas o los pulmones.
  • problemas intestinales, como intestinos lentos u obstruidos.
  • retraso en la cicatrización de heridas.
  • hernia.
  • lesión de otros órganos como el páncreas, el estómago o el intestino.
  • pérdida del riñón.
  • infecciones leves o graves (neumonía, de tracto urinario o en la herida).
  • debilidad leve y permanente, entumecimiento
  • formación de tejido cicatrizal en el sitio de la incisión.
  • dolor persistente en la incisión.
  • necesidad de repetir cirugías.
  • accidente cerebrovascular o ataque cardíaco.
  • sangrado incontrolable que requiera una transfusión de sangre.

Cirugía de autotrasplante renal

La cirugía suele durar entre cuatro y ocho horas, pero esto puede variar.

Para empezar, se coloca un pequeño tubo de goma en la vejiga para registrar la producción de orina, y permanece allí durante tres a siete días.

Existen dos técnicas quirúrgicas

El cirujano utiliza uno de los dos enfoques para realizar la cirugía:

  • el primero consiste en hacer una incisión grande en el medio del abdomen para extraer el riñón y luego moverlo a una parte diferente del cuerpo.
  • el otro es un enfoque mínimamente invasivo, que utiliza una cámara pequeña y un robot quirúrgico. Este enfoque es generalmente el método preferido, ya que hay una menor pérdida de sangre, menos dolor y una recuperación más rápida.

Una vez extraído, el riñón se enjuaga en hielo con soluciones anticoagulantes y de conservación. Se prepara el lugar nuevo, donde a continuación se coloca el riñón y se reconectan los vasos sanguíneos correspondientes.

Por último, se establece una nueva conexión entre la vejiga y el uréter, donde se coloca un tubo muy fino (stent) para asegurarse de que este permanezca abierto durante el período de recuperación. Este stent permanecerá en su lugar durante aproximadamente cuatro semanas después de la cirugía.

La estancia hospitalaria típica después de un autotrasplante de riñón es entre tres y siete días.

Condiciones médicas que se pueden tratar con un autotrasplante renal

Síndrome del cascanueces

El síndrome del cascanueces (NCS, por sus siglas en inglés) es un trastorno en el que la vena renal izquierda está comprimida entre la arteria mesentérica superior (AME) y la aorta abdominal. El síndrome del cascanueces recibe su nombre porque esta compresión es como la de un cascanueces aplastando una nuez. Cuanto más se comprime la vena renal, más aumenta la presión, lo que finalmente provoca que la sangre encuentre nuevas rutas para salir del riñón. Este síndrome suele venir acompañado de dolor constante en el costado, dolor en la ingle, molestia pélvica y sangre en la orina.

Síndrome del dolor lumbar-hematuria

El síndrome del dolor lumbar-hematuria (LPHS, por sus siglas en inglés) hace que los pacientes tengan dolor intenso e inexplicable en uno o ambos costados (parte superior del abdomen o espalda y lados) y sangre en la orina (hematuria). El dolor puede variar en frecuencia y duración, y aparecer en uno o ambos lados del cuerpo. Se desconoce si el LPHS causa mayor daño renal, enfermedad renal terminal o muerte prematura.

Debido a que sus síntomas se asemejan a los de muchas otras afecciones, el LPHS es muy difícil de diagnosticar. Por esta razón, el médico generalmente deberá descartar otras posibles afecciones urológicas y renales antes de diagnosticar el LPHS.

Anomalías vasculares renales

Las anomalías vasculares renales incluyen una amplia variedad de problemas vasculares, como malformaciones arteriovenosas renales (MAV), aneurisma de la arteria renal, trombosis de la vena renal y estenosis de la arteria renal. El autotrasplante es un procedimiento extremadamente infrecuente que se ha utilizado como último recurso para tratar estas afecciones y preservar la función renal.

Cánceres

Para la mayoría de los cánceres de riñón, la cirugía es la mejor opción. En situaciones infrecuentes y especiales, hemos utilizado el autotrasplante renal para extirpar el cáncer, preservando así el riñón y la función renal.

Trauma

El traumatismo renal o ureteral se produce cuando un riñón sufre una lesión, ya sea por un traumatismo contundente, un traumatismo penetrante o, en algunos casos, una cirugía. Si bien el autotrasplante renal generalmente no suele realizarse para estas situaciones, hemos llevado a cabo esta cirugía cuando es la única opción para preservar la función renal y han fracasado otras opciones de tratamiento más convencionales.